Señor Cáncer

Crónicas del cáncer - Capítulo V

Por Gladys Cavero, Content Specialist de PEOPL.

Ciudad de México, Agosto 16 del 2024.

En la comunidad de PEOPL, nuestra misión es brindar apoyo y conocimiento a través de información y también historias que nos llevan a la reflexión.

Nos alegra presentarles el tercer capítulo de “Crónicas del Cáncer“.

Si te perdiste de los primeros capítulos, puedes leerlos en los siguientes links:

Embarazado

Crónicas del Cáncer / capítulo V

Por: Sup Tupa (Rubén)

«Traer un niño más sólo aumentaría el censo»

Chica embarazada / Gloria Trevi

Señor Cáncer, lamento la demora, pero han pasado cosas, una de ellas es que antes de declararme formalmente paciente oncológico me diagnosticaron un embarazo… ¡SÍ! así como lo lee, permítame le cuento.

Estaba sentado en la penumbra del consultorio de ese hospital de especialidades, me sentía con una mezcla de ansiedad y desesperanza. Los ecos de las conversaciones ajenas se mezclaban con el tic-tac del reloj en la pared, marcando el paso del tiempo y de los latidos de mi corazón.

Finalmente, la puerta se abre y el oncólogo aparece, enfundado en su bata blanca y con una carpeta en sus manos. Sus pasos son medidos, su expresión es seria, pero sus ojos traicionan una chispa de humor. Sup Tupa, me dice con voz firme, «he revisado los estudios y de acuerdo con el documento del personal de anestesiología…»

Hay una pausa, un silencio que parece extenderse por horas. Inclino la cabeza hacia adelante, capturando cada matiz de la expresión del doctor. «Estás embarazado.» La frase cae como una pluma, ligera y surrealista, el documento dice que tienes un abdomen globoso con el útero gestante, del que se perciben movimientos fetales…

Por un instante, me sumergí en un silencio reflexivo, contemplando la ironía de la vida. Luego, con la gracia de quien ha enfrentado adversidades más grandes que un diagnóstico equivocado pensé ¡Vaya diagnóstico! ¡seré el primer hombre en la historia de la humanidad en lograr tal hazaña!”

¡El milagro de la vida ha encontrado un nuevo camino! Y pensé que, si la vida te da limones, has limonada y me dije ¡Prepárense para el baby shower más épico del barrio! Bienvenido sea el Sup Tupito.

Pero entonces, veo la risilla culposa que el oncólogo intenta contener y comprendo que es una broma, un momento de alivio cómico en medio de la tensión, en realidad fue una falla de copia y pega del personal de anestesiología.

Pero eso no me impidió pensar en los últimos encuentros íntimos que tuve, que en realidad no fueron muchos – corrijo, creo que ninguno – pensé en el Espíritu Santo y de cómo la Virgen María recibió la noticia del Arcángel Gabriel.

De momento mi imaginación se adelantó a un futuro posible, me vi como cajero de cualquier OXXO, siendo señalado como como, Papá Luchón, que, por no haber vencido la calentura, ahora la sociedad me señalaría con índice de fuego por mi irresponsabilidad con la natalidad del país.

La risa se contagia, y pronto ambos estábamos compartiendo una carcajada que resuena en las paredes estériles. «¡Qué manera de dar noticias, doctor!» exclamé, secándome una lágrima de diversión. Bueno, dice el médico, lo cierto es que, si bien no tienes un embarazo en puerta, lo que si tienes es cáncer… Chale, creo que sí prefería el embarazo.

Y así, en medio de la incertidumbre de la vida, encontré un instante de alegría. Porque incluso en las sombras del universo, donde los misterios acechan y los desafíos son constantes, hay espacio para la risa y la humanidad.

Redactó en alguna ocasión el escritor, Xavier Velazco, en el inicio de su novela «Puedo explicarlo todo» en sus primeras líneas: «La pena y el cansancio también tienen sus límites…» ufff. Señor Cáncer, me siento un poco agotado, le recuerdo que he pagado la cuota por su hospedaje, por favor… ya no regrese.

Sobre el autor, :

Es teólogo, radialista de banqueta, cronista urbano, autor de las llamadas Crónicas Pachecas, Crónicas de la Pandemia y ahora por su condición de paciente oncológico autor también de las Crónicas del Cáncer, se dice creyente de Dios y el Chamuco, fan de los ovnis, de la literatura mamila y los tacos de suadero. Las malas lenguas dicen que fue a la escuela, pero lo niega rotundamente.